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Cuidar de uno mismo: Algunas ideas para empezar hoy mismo

El autocuidado es un tema importante, pero el significado más profundo de "autocuidado" a menudo se ve ensombrecido por el hecho de que la gente no se centra en su verdadero significado.

El autocuidado consiste en anteponer la propia salud mental, emocional, espiritual y física: es esencial para el bienestar general. Pero no se trata sólo de escuchar música relajante, tomarse un descanso o darse un baño de burbujas. Esto puede ser suficiente para algunos, pero puede que tú necesites actividades diferentes o una persona de apoyo que te ayude en el camino, y eso está bien. Cuidarte implica hacer cosas que te ayuden a sentirte bien, entrar en contacto (¡o reconectar!) con tu yo interior, implicarte con personas o causas que son importantes para ti, pedir apoyo, etc.

Cuidarse permite afrontar los retos con más confianza, aumentar la resiliencia, mejorar la autoestima y trabajar la autoaceptación. También es una forma de bajar el ritmo, escucharte y crear un espacio para descansar y recuperarte cuando atraviesas momentos más difíciles.

A veces parece que nos pasamos el día corriendo de emergencia en emergencia sin tiempo para respirar. No es de extrañar que nuestras propias necesidades pasen a un segundo plano. Aunque nuestras obligaciones son obviamente importantes, rara vez ponemos nuestro bienestar en el centro de nuestras prioridades. Y sin embargo, cuidarnos es una necesidad.

Como consecuencia, nuestro estado se deteriora con el tiempo: nos cuesta más concentrarnos, dormir o tener tanta energía como antes. Nos ralentizamos, porque intentamos seguir adelante sin hacer pausas para recargarnos, como un coche que se queda sin gasolina.

La sola mención de recargar las pilas puede provocar miradas exasperadas, y para muchos, centrarnos en nosotros mismos es sinónimo de egoísmo o pereza. Esta opinión no puede ser más errónea e injusta: la mejor manera de mantenerse al día es asegurarse también de cuidarse a uno mismo.

¿Qué se puede hacer?

Para tu cuerpo

Llevamos constantemente nuestro cuerpo al límite: comemos demasiado, trabajamos hasta desfallecer y no descansamos lo suficiente para recargar las pilas. Una de las mejores cosas que puedes hacer es dar prioridad a tu salud, lo que puedes conseguir con estos consejos.

  • Despídete de la comida basura. Incluso con un pequeño cambio al mes, trabajar para conseguir una dieta más sana puede ayudarte a sentirte más saludable. Piensa en las mejoras que puedes hacer y elabora un plan para introducir cambios graduales pero significativos.
  • Muévete más. No hace falta planear un maratón para mantenerse activo: dé un paseo matutino por su barrio o prepare la cena mientras baila una canción retro. Sólo tienes que aumentar tu ritmo cardíaco unos minutos al día.
  • Duerme mejor. Es un círculo vicioso: te acuestas tarde para poder hacer algunas cosas de última hora y por la mañana apagas el despertador 17 veces. Es mejor irse a la cama a una hora decente y no tocar los aparatos electrónicos durante media hora antes de acostarse. Si sigues así, probablemente notarás una diferencia real al cabo de unos días.
  • Hazte un chequeo. Cada uno tiene sus razones para no ir al médico con regularidad: falta de tiempo, distancia, problemas con la cobertura médica... pero es importante que te hagas un seguimiento, sobre todo si algo te preocupa: tu salud debe ser tu prioridad número uno.
  • Estira. Tanto si estás agarrotado por el estrés como si te pasas el día inclinado sobre el escritorio, tus músculos pueden acumular mucha tensión. Nada mejor que estirarse cada noche antes de acostarse. Si es posible, asiste regularmente a clases de yoga.

Para tu mente

Todos los días nos enfrentamos a retos que nos exigen tener una mente de acero: ya sean decisiones importantes que tomar, preocupaciones sobre el futuro o tener que ser pacientes con un niño que hace la misma pregunta por milésima vez, nuestro cerebro suele trabajar horas extras, por lo que necesitamos encontrar una forma de aligerar la carga.

  • Medita. No hace falta ser un maestro zen para meditar un poco. Varias veces al día, ralentiza la respiración y deja los problemas a un lado durante un rato.
  • Enriquece tu educación. Si estás pensando en volver a estudiar, hazlo sin demora: haz un plan y ponlo en marcha. Si no lo has planeado, aún puedes enriquecer tu mente leyendo buenos libros, artículos o viendo películas que te hagan reflexionar.
  • No dejes tareas sin terminar. ¿Hay cosas que tienes que hacer desde hace meses? Entonces anótalo todo y dedícale un día entero. Elige también una fecha futura para terminar todo lo que no hayas podido hacer esta vez.
  • Desconéctate antes de dormir. Tanto si navegas por Internet como si ves Netflix o discutes en las redes, el uso de pantallas antes de acostarte mantiene despierto tu cerebro. Una hora antes de acostarte, apaga las luces de la habitación y prepárate para dormir bien.
  • Pon orden. Vivir en un desorden perpetuo puede ser estresante. Si te encuentras buscando cosas que no están ordenadas o enfrascado en cosas que no has tocado en meses, es hora de hacer limpieza. Deshazte de lo que no necesites y guarda el resto.

Para su autoestima

Hay cosas que pueden arañar tu autoestima, y es probable que te vengan a la mente ejemplos personales sólo con leer esto. Encontrar formas de mantener la confianza en ti mismo te ayudará a sobrellevarlo sin perder el equilibrio.

  • Tratar con personas negativas. ¿Hay alguien en tu vida que te menosprecia? Si es así, puede que haya llegado el momento de cortar con esa persona. Estas personas son como vampiros que te roban la alegría del día, y hay que mantenerlas a raya. Si no puedes evitarlas, pon límites claros a su comportamiento y hazlos cumplir.
  • Deja ese trabajo que odias. La mayoría de la gente nunca encontrará su trabajo perfecto, pero eso no significa que tengas que aceptar un trabajo que odias. Si la idea de ir a trabajar te da dolor de cabeza, es hora de cambiar: todos merecemos hacer algo que nos guste.
  • Aprende a decir que no. A todo el mundo le gusta sentirse útil, o proporcionar un hombro sobre el que llorar, pero todo es muy agotador. Es importante aprender a decir que no para respetar tus propios límites y evitar sobrecargarte de trabajo. Puede que decepciones a algunas personas, pero ésa no es razón suficiente para cargarte con más de lo que puedes soportar.
  • Regálate una noche de fiesta. ¿Alguna vez planeas una noche llena de cosas que te hacen feliz? Reserva mesa en ese restaurante que sólo te gusta a ti, o ve esa película genial que todo el mundo odia. Durante unas horas, la única persona que importa eres tú.
  • Practica el agradecimiento. Quejarse forma parte de nuestra cultura: invierte la tendencia aprendiendo a ser agradecido. En lugar de rememorar los malos momentos del día, vete a la cama pensando en los buenos, aunque la única buena noticia sea que sigues respirando. Cambia de perspectiva.

Cuidarse significa encontrar formas de aliviar y fortalecer el espíritu: no hay nada egoísta ni perezoso en ello. La vida puede ser dura y cansarnos tanto mental como físicamente, pero si pensamos en recargar las pilas, estaremos más vigorizados y preparados para afrontar lo que nos depare el futuro.